viernes, 27 de junio de 2014

El peor de los terrorismos: el de estado




Es simpático que muchos medios de comunicación queriendo cargarse a Pablo Iglesias lo único que estén haciendo es darle publicidad gratuita con sus declaraciones sobre que "ETA tiene un origen político" porque es una verdad como un templo. A ver si soy capaz de explicarme claramente para que los más estrechos de mente no interpreten que hago apología del terrorismo, porque mi intención es toda la contraria, y quien habla es demócrata convencido:

ETA nace en el contexto de una dictadura militar fascista que mandaba voluntarios a la II Guerra Mundial, que mandaba a españoles a campos de concentración Nazis, que asesinó hasta su último día con garrote vil, y en el que había que tener enchufe hasta para comprarte un utilitario como era el Fiat 600, y en el que los militares y guardia civiles analfabetos eran dioses. En este contexto tercemundista nace ETA, ganando un gran apoyo social en el País Vasco, al igual que nacen otras bandas terroristas en el resto de España. Pero por qué ganaron tanto apoyo social? porque el terrorismo en una dictadura es completamente legítimo, porque la propia dictadura era TERRORISMO DE ESTADO. Para mi quien en su día hubiese asesinado a un Carrero Blanco, a un Francisco Franco, o algún hijo de puta de similar calaña dentro del contexto de la dictadura (no en democracia, reitero) no es un terrorista: Es un héroe. Una persona digna de mi más profunda y sincera admiración. Una dictadura era, ha sido y será siempre una guerra constante.

Pero después con la llegada de la democracia, y el estado de derecho en el que todos tenemos voz y VOTO, el terrorismo no tiene sentido, ya no es legítimo, porque la soberanía popular ya tiene voz.

El problema es que por culpa del franquismo -terrorismo de estado que ganó una guerra gracias a los Nazis y al Fascio italiano repito- nació una banda terrorista que consigió un apoyo popular bestial -lógico-, al final llena de locos -además de los que ya tenía antes-, y que desembocó en las sangrías que todos los españoles tuvimos que sufrir, que desembocó en los atentados a demócratas que todos conocemos y que son completamente intolerables.

Esta distinción entre un tipo de terrorismo y otro, en una etapa y otra, es completamente fundamental porque en caso contrario ESTARÍAMOS PONIENDO AL MISMO NIVEL a una víctima como Carrera Blanco (que desde mi punto de vista fue asesinado de una manera demasiado pacífica para lo que realmente se merecía cualquier colaborador del Régimen Franquista) y las victimas de Hipercor.

Y eso sí que sería un auténtico atentado, una auténtica ofensa a las víctimas del terrorismo, y un auténtico atentado a la democracia.


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